jueves, julio 29

Cuerpo-Lenguaje: Estructuras de coherencia y cuerpo - palabra - pensamiento según las neurociencias

Un nuevo descubrimiento de los laboratorios de neurociencias nos devela la altísima correlación entre las funciones motoras y la palabra. Las acciones o funciones motoras son activadas por las palabras correctas con mayor velocidad y presición... "Esta idea de que el conocimiento conceptual podría estar cartografiado en sistemas sensoriomotrices del cerebro ya era conocida".Tradicionalmente, el lenguaje se consideró un mecanismo puramente abstracto, casi matemático, desprovisto de corporalidad. Pero nuevas evidencias indican algo diferente: la palabra parece estar íntimamente entretejida con los circuitos neuronales, con la acción y la experiencia.
Experimentos neurofisiológicos mostraron que el sistema motor del cerebro participa en el procesamiento del lenguaje. "Por ejemplo, cuando entendemos una palabra como «saltar», el proceso cerebral que se utiliza es semejante al que se activa cuando en realidad saltamos -explica el doctor Agustín Ibáñez, investigador del Conicet, ...Y cuando observamos a una persona haciendo gestos, los procesamos como palabras." ....
En un trabajo que se publica en la última edición de la revista científica PLoS ONE, por primera vez demuestran que existe una interacción bidireccional entre procesos semánticos y motores en el cerebro. Es decir que la comprensión de oraciones de acción activan áreas motoras del cerebro y que hay un acoplamiento entre sistemas cerebrales motores y lingüísticos.
"El estudio tuvo el objetivo de analizar la interacción que se establece entre la comprensión de oraciones de acción y los procesos de áreas motoras del cerebro -detalla Ibáñez-. Para esto, empleamos la técnica de los «potenciales evocados», un método que permite una medición muy precisa [en milisegundos] de la activación de la corteza cerebral."


Mientras se registraba su actividad cerebral, se les pedía a los participantes en el experimento que escucharan listas de oraciones que describían una acción realizada con la mano abierta ("El espectáculo era digno de alabanza, Rocío aplaudió"), con la mano cerrada ("Tenía que clavar el clavo muy derecho, José lo martilló") o bien acciones que no se realizaban con las manos ("Hace tiempo que quería ver a su abuela, Amaro la visitó").
A su vez, cada sujeto debía presionar un botón -con la mano abierta o cerrada, según el grupo- para indicar el momento exacto en que comprendían la oración.
Como se esperaba, los resultados revelaron que se establecía una compatibilidad entre la oración y la acción: "Los individuos respondían más rápido cuando la forma de la mano con que debían responder coincidía con la forma de la mano implicada en la oración -afirma el científico-. Del mismo modo, las respuestas fueron significativamente más lentas cuando la acción y la oración no coincidían".
Los registros cerebrales respaldan esa idea, pero además permitieron establecer que la interacción se da en ambas direcciones: por un lado, el proceso semántico tiene impacto sobre la acción motora; por el otro, el proceso motor [del cerebro] afecta la comprensión del lenguaje [en el experimento, la interfería o la facilitaba de acuerdo con la compatibiliad, o no, entre la acción y la oración].


"Es más -agrega Ibáñez-, nosotros mostramos que esto es independiente de la atención del sujeto, que hay una suerte de automatismo." Según el investigador, otro experimento (aún sin publicar) mostró que así como el lenguaje activa circuitos motores del cerebro, las fallas en procesos motores en pacientes con mal de Parkinson se tradujo en dificultad para comprender ciertos verbos.
"Al parecer -dice-, enfermedades que tienen déficits específicos en el sistema motor también presentan déficits puntuales en el lenguaje."
Y concluye: "Con estos experimentos mostramos que existe una interacción automática entre procesos cerebrales asociados con el lenguaje y la acción...
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1289240

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